miércoles, 23 de marzo de 2016

Reseña La casa de cristal
La historia que se desarrolla en La casa de cristal, el autor explora —a través de viajes astrales y de sueños recurrentes— lo que solemos denominar el «más allá». Este es un lugar denominado «mundo de descanso», donde la vida es tan trepidante y activa como en la propia tierra, pero con diferencias sustanciales. Allí no hay cárceles, porque no hay delincuentes, y, por lo tanto, tampoco existen jueces ni abogados. No existe el Ejército, porque no hay guerras ni confrontaciones, y a los semejantes se les ve como hermanos y colaboradores, no como competidores o enemigos. Tampoco hay establecido un sistema sanitario, porque no hay prácticamente enfermos. No existe hacienda, porque nada hay que fiscalizar, ya que no se usa siquiera el dinero. Los que allí viven no poseen nada propio y sin embargo lo tienen todo. Es un mundo donde no existen banderas, reyes ni fronteras. Sebastián, el maestro de nuestro protagonista, le encargará la misión de contar y ser fiel testigo de lo que ha visto y oído. Su amigo Álex actuará como cicerone, guiándole y mostrándole un mundo maravilloso e inconcebible para la mente humana. Allí le recordarán el funcionamiento de las grandes leyes universales que rigen los mundos: la ley del amor, la de causa y efecto, la de los renacimientos… Le explicarán cómo identificar los fallos propios (como la vanidad, el orgullo, el amor propio, y el más grande, el egoísmo) con el fin de corregirlos. Comprenderá el porqué de las desigualdades humanas y de las vidas dolorosas. Álex le enseñará que cuando el alma desencarna de nada le valen las oraciones, plegarias, cánticos ni novenas. El alma viaja por afinidad y vibración hacia donde le corresponde. 
Opinión El libro me ha gustado por sus protagonistas ya que se ve que están muy bien desarrollados y lo recomiendo a chic@s que le guste la fantasia

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